Hoy hablo un poquito de mí: Hace muchos años que fumo, el tabaco ha sido habitual en mi infancia como en la de todos los que vivimos los ochenta y los noventa, los profesores fumaban, los médicos también pipaban mientras te recomendaban que lo dejaras tú, los aviones y medios de transporte público tenían ceniceros por todos lados, en esa época molaba, era de chulos y daba cierto aire de intelectualidad y rudeza, y la faria de las grandes ocasiones era el culmen. Yo recuerdo que de pequeño siempre había algún estúpido que traía cigarrillos al cole para impresionarnos , luego me juntaba con mis vecinos que le quitaban celtas a su abuelo Francisco, pero yo comencé a mis quince en el instituto donde los raros éramos los que no andábamos ahumando, el pavo quiso que un servidor empezara a toser y gastar flemas de la manera más tonta por muchos años. Hubo una época que le añadía un purete extra cuando salía de fiesta con mi amigo del alma Félix, ese Farias o Reig 7 que compraba en cualquier barra y después de un rato de postureo mareando con la niebla al personal estaba deseando tirar para encenderme un cigarrillo rubio, que era lo que me pedía el cuerpo.
Con el pasar de los años y mi formación como camarero y especialización en Sumillería empecé a conocer el mundo del Habano, a diferenciar procedencias, tipos de tabaco y elaboraciones, llegué a fumar en pipa con lo molesto y pedante que es, todo fuera por ahumarme a gusto, y es que la enfermedad del tabaquismo es como la obesidad, a veces no la ves y otras no la quieres ver, y siempre intentas rodearte de gente como tú.
Hace más de diez años que abandoné los cigarrillos y con ellos el fumeteo constante y habitual, ahora quemo algún puro de acapallá y precisa de varios factores, porque el puro es casi una ceremonia, mirusté. Primero de todo debe ser un lugar donde no moleste a nadie, porque ojo lo que molesta el humo de puro ajeno, luego claro está, algo que celebrar, y me conformo con que sea el día libre o que la ruta en moto y el lugar sea placentero, digamos que cualquier excusa es buena… Ha llegado a ser un ritual, e incluso un regalo recurrente de buenos amigos y de compañeros que me conocen y comparten esta rutina. Aprovecho para mandarles un saludo y agradeceros a todos los que habéis leído hasta aquí.
El que me conoce sabe que no puedo evitarlo, tontuna que sale la adopto y hago mía, chistes malos y bobadas que si sacan una sonrisa al público, o siquiera a mí mismo, me vale que me diga lo bobo que soy. Pero el caso es que este truco de magia en la cocina es de lo mejor que verás hoy, SEGURO.
Ser camarero es lo que tiene, siempre lo digo, atiendes igual a un mendigo que un Rey, y en el camino conoces gente maravillosa, de la que suma, de la que no hace falta conocer de siempre para tener un buen rollo constante y una simpatía latente. Es mi caso con Mario Vela, un pintor y escultor de Quintanar de la Orden al que conocí sirviendo un evento familiar en su casa hace unos años, y hasta hoy que he visitado su exposición en el espacio-Arte El Dorado de Quintanar, le he pedido permiso para hacerle un par de fotos y no le dije que iba a «rajar de él».
Mario Vela, versión original. Así se titula la exposición que se puede ver en el espacio El Dorado de Quintanar de la Orden, de la fundación Amelia Moreno. Y es que Mario lleva años produciendo arte y repartiendo la alegría que le caracteriza, es un artista con marcada personalidad y sobre todo sus figura son muy reconocible por el rostro y cómo trata el color. Así es él, auténtico y sin complejos.
Mario Vela es proactivo, y también es muy activo en las redes sociales, os dejo enlace a su página web:
Este artista quintanareño y madrileño es, además el marido de Paloma, padre de Tomás y Lola, «comparte casa y medios» también con su perro Chusky y su gata Muriel, amigo de sus amigos, uno de los clientes que te alegra de ver pasar por la puerta y su arte es así, alegre y colorido, con mucho fondo y con una idiosincrasia marcada, mención especial a su obra digital, este formato lo trabaja estupendamente y doy fe por los videos que comparte y por lo que vi hoy:
Por ir terminando, me siento afortunado de conocerle, disfruto mucho de su arte plástico y su encanto personal, quiero presumir de que es manchego y que suma valor, Quintanar de la Orden es más bonita con él, por eso brindo a su salud y le dedico un ¡Mucha Mancha, pitorra!.
Jesús Recuero es como comúnmente citamos a Don Jesús María Recuero Martínez, ilustre bodeguero alcardeteño que lleva años dando mucho que hablar y más de beber, su fama actual es fruto de años haciendo bien su trabajo y de tener una identidad marcada, una idiosincrasia original, un carácter afable, educado, moderado, hogareño y amante de la charla amena en buena compañía y siempre disfrutando del vino.
Su proyecto, Bodegas Recuero, es una larga tradición familiar ligada a la vitivinicultura desde 1873, la bodega familiar está en el corazón de Villanueva de Alcardete y es el epicentro de un terremoto que tiene su réplica en la Sierra de Gata, Extremadura, con el proyecto Antier.
Antes que nada quiero comentar una obviedad, Jesús y yo somos amigos, tanto que las fotos de postboda me las hicieron en su bodega, tanto que confía en mi cámara para las fotos de sus botellas, alguna tarde de charleta en la bodega descorchando espumosos o de sobremesa en Granero, con una copita de Brandy aviva este buen rollo. Me cae muy bien por esa manera de ser, que refleja en el vino, y sus vinos adoptan el carisma Recuero siendo mejor día a día, paso a paso, como Jesús, que se casó con Mamen, que crían a sus hijos a Carmen y Francisco , que sonríen donde lloraron, embotellan lo vendimiado, y comparten esa vitalidad y ganas de agradar en botellas de tres cuartos o más.
Siempre digo que los vinos se parecen a quien los hace más que los hijos a los padres, y en concreto los vinos de Recuero son reposados, vinos «hechos», redondos, amables y pensados. En la foto aparece Jesús y su padre, que también se dan un aire…
Jesús es pionero de los vinos espumosos de calidad de Castilla La Mancha, he visto fotografías suyas de allá por los ochenta del siglo pasado en los que defendía en alguna feria gastronómica su obra, que hoy por hoy considero magistral. Los vinos espumosos que elabora en Villanueva de Alcardete han pertenecido a Denominación de Origen La Mancha, han sido también en la marca de calidad Cueva, vinos de encuentro, son vinos de la tierra de Castilla y podrían ser vinos de mesa, da igual, es catarlos y percibir que son auténticos, reposados, sin miedo al futuro, con una base de mucha calidad y un saber hacer del que considero maestro de las burbujas manchegas, con mis respetos a todos los productores.
Los vinos tranquilos que elabora Jesús son muy especiales, interviene la tradición y esta pasa por tinaja villarrobledense de barro toboseño, las variedades de uva antiguas, recuperadas de la negligencia de los arrancaviñas que pierden la calma por el kilogrado. En concreto me he declarado muy fan de su Airén «Calambur» que actualmente está a la venta la añada 2015… fíjatetú.
A Jesús le estimula la familia, los amigos, le encanta la música y en concreto la canción «Mediterráneo» cantada por Serrat… Así que se la dedico, con cariño:
Este blog es para contarte cosas y para presentarte mis amigos, mis lugares favoritos, los productos más especiales o desconocidos, pero todos de mi querida Castilla La Mancha. Así que antes de hablar de cualquiera empiezo por mí mismo:
Me llamo Adán Israel y soy camarero. Antes hice un poco de todo, mi familia era ganadera y yo, por supuesto pastor. Intenté ser carpintero y me costó dos dedos, intenté criar avestruces y me costaba muchas carreras, no valí ni para caballista, ni llegué a guardia civil… Soñé con ser feliz y distribuir sonrisas y decidí formarme como camarero. Aquí estoy, veinte años después de pasar por la Escuela de Hostelería Toledo, de trabajar en chiringuitos, bares, cafeterías, mesones, restaurantes, hoteles, dar extras en banquetes, pubs… llevo doce años trabajando en el restaurante Granero de Quintanar de la Orden, feliz, ahora soy el marido de Ana, padre de Alfonso y Cinthya, el que acaricia a OSO, el que coge la moto y se va a conocer lugares, productos y gente, vengo y te lo cuento. ¿te apuntas?
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