Aprovechando que el Júcar pasa por Cuenca yo me acerqué a La Roda, localidad Albaceteña donde Florentino Tebar Piqueras ejerce la restauración, no de muebles sino de cuerpos y almas, en su restaurante Los Morunos.
Hace algo de tiempo que conozco a Floren, es un tipo estupendo que a raíz de entrar mi jefe en Eurotoques empezamos a coincidir en eventos y a ser conscientes de que teníamos muchos amigos en común, suele ser consecuencia de que nos gusta la buena mesa y la gente de fiar.
Su mirada es clara y su sonrisa sincera, desprende energía al hablar y cuando te enseña su casa, en lugar de contarte batallas te cuenta planes de futuro, sí, positivismo puro. Cetrero y amante de las quedadas con amigos, toda esa campechanía se refleja en sus platos, los que hacen que llene comedores, donde los felices comensales pueden comer desde un plato del día a un menú degustación como elque les presento. Floren «tiene para tós»:
El ambiente es agradable y familiar, tiene varios salones y una barra, todo con decoración rústica, amplios y acogedores.
Me gusta mostrar el montaje de las mesas, es una declaración de intereses y el persoal de Floren es profesional y muy simpático, me encanta que haya copas de vino en la mesa y del pan, ay! el pan! qué rico!
El servicio es ágil y empezamos con un espumoso brut, que me gusta para las degustaciones, y el aperitivi que si es bonito también es sabroso. Un gazpacho de cerezas con crema de ajos, muy rico y ningún sabor desproporcionado, ideal y original.
Me encantó, de veras, el canapé con forma de pieza de dominó es tan bonito como delicioso, pan de mantequilla, salmón ahumado a dos leñas, crema de brasas y chupito de Bloody Mary, mu rico mirusté!
Atún rojo a baja temperatura, sólo para sellarlo con ponzu, texturas de pistacho, physalis y jenjibre , plato rico y sabroso, donde los sabores y texturas agradan, y además en unas medidas ideales, ni mucho ni ese terrible poco…
Croqueta (deconstruida) de gamba al ajillo con vermú. Yo soy muy croquetero y esto, si no es porque está rico, no se lo perdonaba a Floren. Pero está rico y es original, te comes la falsa croqueta con la cucharilla y luego el vermú en texturas, esferificación de vermú, crema de naranja y gel de aceituna verde.
El buen bacalao necesita poco, Floren lo sabe y le arrima un pil-pil de ajos tiernos y una crema de guisantes de temporada, plato espectacular y el colorido y alegría del chef.
La caldereta de cordero es religión en La Mancha, así que un cocinero inquieto como Tébar le busca las vueltas y se marca este bocado sabroso lleno de sabor y con una presentación sorprendente.
Seguimos con platos tradicionales con el estilo Tébar, ¡anda que no es chula la presentación!, pues el plato está rico y tiene fondo, las manitas son bien cocinadas y aderezadas con crema de castañas y gel de cebolla morada y ¡trufa!. Esto está muy rico oiga.
Llegamos a los postres ¿los? sí, los dos estuvieron muy ricos, y muy distintos entre ellos como una torrija muy ligera con un sorbete de mandarina y el siguiente:
La cocina de Floren se basa en los sabores que le gustan y le han marcado, su memoria se refleja en sus platos y éste es un buen ejemplo, el batiburrillo que sirve y le recuerda al que se hacía con el chocolate que le servía su madre las madrugadas antes de salir de casa, donde echaba bizcochos y galletas o lo que tocara, con la base de un chocolate rico, como el de mamá.
Para concluir, Los Morunos es un señor Restaurante en La Roda, donde la impronta de su capitán hace feliz al que decide pasar por ahí, yo lo recomiendo y si vas, pregunta por Floren y di que has leído el blog de Adán, le hará ilusión (y a mí).
Hay que decirlo, es una lotería. Un vino con más de veinte años es probable que tenga alguna tara y el que hoy cato es cosecha de 1982, que Naranjito nos ampare….
La cosecha de 1982 en la Denominación de Origen La Mancha fue considerada muy buena, esto como puedes imaginar es muy relativo porque esta denominación de origen es muy extensa y además cada bodega, cada parcela y cada variedad de uva vive el año y sus inclemencias o bondades de una manera distinta, es un fractal de posibles factores que afectan a la cosecha que queda reflejada con una nota global.
Tal y como reza la contraetiqueta está elaborado con Cencibel, que es la sinonimia manchega de la variedad de unta tinta Tempranillo, llamada de varias maneras según la costumbre local, por ejemplo en Cataluña la llaman «Ull de Llebre» que significa ojo de liebre, pero claro está que la comarca el microclima y la viticultura marca las diferencias. En este caso es un vino Reserva D.O. La Mancha, y estos son conocidos como «tercer año», y es porque se les exige un mínimo de crianza en barrica de doce meses y posteriores veinticuatro de botella antes de salir al mercado.
Como puedes ver. la botella la he abierto con la ceremonia del degüelle con tenaza caliente, que me chifla, además es indicado porque el corcho es muy viejo y es muy fácil que esté en mal estado y se rompa al querer extraerlo con un sacacorchos normal, la ceremonia es parte del oficio del Sumiller, y hoy procedía.
Para concluir debo celebrar que el vino estaba delicioso, que tiene un color pardo yodado pero no estaba muy turbio, que separé los posos del vino en la decantación con facilidad, que tiene unos aromas muy agradables que recuerdan en primera instancia al mostillo y al arrope, luego a crema de cassis y especias como la canela y la pimienta rosa…. todo sutil y elegante, que en boca es un placer porque está muy rico, acidez equilibrada, taninos y alcohol imperceptibles y un postgusto largo y agradable, y de veras que este vino casa con todo porque no es sólo una bebida, es la ceremonia del descorche, decantación, comentar la fecha… como el recuerdo de un tiempo feliz rodeado de gente que hace mucho que no ves. Así es beber este tipo de vinos.
Empezamos con que no está en Alcalá del Júcar, está en lo alto y es otra localidad, Las Eras, es importante esto cuando pones el navegador a trabajar. Por lo tanto puedes llegar al restaurante antes que a Alcalá o debes coger el vehículo (o andando, tú mismo) y tienes un tramo de curvas bien cerradas hasta llegar al restaurante El Mirador.
Ojo! hay que reservar mesa porque está muy demandado, además te recomiendo encarecidamente que cuando reserves solicites mesa con vistas, para que no te pase lo que a mí, que fue lo peor del viaje cuando pedí una mesa que había libre en la ventana, la de la foto de abajo, y me dijeron que estaba reservada. Yo me fui de ahí a las 16:25 y no se usó… Me molestó bastante, la verdad.
Para ser objetivo el sitio es bonito y tiene un aparcamiento muy amplio, cosas que valoro mucho. tiene por lo que vi tres ambientes distintos, una terraza preciosa que mira a Alcalá, una zona de bar con barra y mesas altas y el comedor. Todo limpio y bonito.
En la barra te reciben y acomodan donde toque, te dejan este folio con el menú del día y el código QR para que veas la carta desde tu móvil (para ver la carta haz clic aquí).
Tengo que decir que el vino lo tenían en armarios bodega expositor a buena temperatura y la carta de vinos me resultó agradable en su sencillez y precios moderados.
Nos habían dicho que probáramos los huevos rotos con trufa y jamón e hicimos caso, porque hay cosas que no son para discutir, la verdad es que la patata era un poco terrosa pero el resultado final es bueno, pan de barra y plato «rebañao».
De segundo pedimos una carne y un pescado, me quedé con las ganas de probar las croquetas, ya sabéis que son una de mis debilidades carnales pero el camarero me dijo que con los huevos estará bien, bueno, vale, de acuerdo.
Solomillo de atún a la plancha decía la carta, mi acompañante solicitó una guarnición que no fuese la verdura que nos dijo el camarero. Así que papas pató, jeje.
Yo pedí consejo al camarero y me recomendó el entrecot de ternera, lo pedí al punto y me gustó que la cubertería fuese albaceteña, no tanto que fuese de sierra pero vamos, que es lo de menos. la carne bien y ya.
Con los postres igual, nos recitó el amable camarero el surtido pero le pedimos consejo y acabamos solicitando esta tarta de la abuela de arriba y el pan de Calatrava de abajo, estaban buenos.
Camarero! La cuenta y la puerta!, así terminó la pitanza en el restaurante El Mirador, que mira a Alcalá del Júcar desde Las Eras. Buena relación calidad precio y por favor, que no os pase como a mí, RESERVAD MESA PIDIENDO VENTANA O VISTAS SI ES FUERA.
El Restaurante El Mirador está en la calle Morrón sin número, de Las Eras, Albacete. Teléfono 637 76 71 60
En una visita breve a Alcalá del Júcar a raíz de los buenos comentarios hice videos, tomé fotos y dame cinco minutos que te cuento:
Alcalá del Júcar es una localidad en la provincia de Albacete que considero es uno de los pueblos más bonitos de España, está a poco más de 60 km de Albacete y en entorno que le rodea no solamente es precioso, también mágico.
después de oír las bondades de este municipio decidí dedicarle un miércoles que es mi día libre. Y bien merecía la pena porque es uno de los pueblos más bonitos que he visto, mirusté:
para ir por partes se llega bien, carreteras bien asfaltadas e inevitable tramo de curvas pero muy ameno y con unas vistas bonitas. algo que valoro mucho es que se aparque bien y a pesar de ser un pueblo pequeño tiene varias zonas preparadas para que aparquemos los turistas, yo decidí aparcar en una zona no vigilada que cobran 2 € por día, me pareció justo y buena idea, igual que evitar que se circule por las angostas calles del cetro, que superan en dificultad a las de mi Toledo del alma.
El entorno del río, paseo y puente romano es una pasada, luego hay que subir a pié por esas calles empinadas, recomiendo calzado cómodo.
No sé si se ve bien la diferencia de alturas, así en un zigzag bien empinado se sube al castillo, por unas calles plagadas de casas cueva que detrás de una fachada recta esconden viviendas excavadas en la piedra, y cuevas como la del diablo que con casi cien metros de tunel sale al otro lado de la sierra.
en lo alto está el castillo, y además de bonito por su restauración tiene unas vistas espectaculares, y en la falda de la fortaleza una casa cueva que es un primor!, La entrada para visitar castillo y casa cueva son 2,5€ por persona. La casita es una pasada!
Y bueno, luego puedes comer por los variados establecimientos de Alcalá del Júcar, había oferta. Yo tiré «Pal monte» y me fui al mirador, pero eso es otra historia, será la próxima entrada en mi blog.
En conclusión, Alcalá del Júcar me ha parecido un pueblo precioso, su entorno es privilegiado y bien merece una a visita. Hay par echar un día largo así que te puedes plantear pernoctar ahí. Yo me enciendo un puro, cierro los ojos y vuelvo a Alcalá imaginándome qué bonito será de noche.
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