Ser camarero es lo que tiene, siempre lo digo, atiendes igual a un mendigo que un Rey, y en el camino conoces gente maravillosa, de la que suma, de la que no hace falta conocer de siempre para tener un buen rollo constante y una simpatía latente. Es mi caso con Mario Vela, un pintor y escultor de Quintanar de la Orden al que conocí sirviendo un evento familiar en su casa hace unos años, y hasta hoy que he visitado su exposición en el espacio-Arte El Dorado de Quintanar, le he pedido permiso para hacerle un par de fotos y no le dije que iba a «rajar de él».
Mario Vela, versión original. Así se titula la exposición que se puede ver en el espacio El Dorado de Quintanar de la Orden, de la fundación Amelia Moreno. Y es que Mario lleva años produciendo arte y repartiendo la alegría que le caracteriza, es un artista con marcada personalidad y sobre todo sus figura son muy reconocible por el rostro y cómo trata el color. Así es él, auténtico y sin complejos.
Mario Vela es proactivo, y también es muy activo en las redes sociales, os dejo enlace a su página web:
Este artista quintanareño y madrileño es, además el marido de Paloma, padre de Tomás y Lola, «comparte casa y medios» también con su perro Chusky y su gata Muriel, amigo de sus amigos, uno de los clientes que te alegra de ver pasar por la puerta y su arte es así, alegre y colorido, con mucho fondo y con una idiosincrasia marcada, mención especial a su obra digital, este formato lo trabaja estupendamente y doy fe por los videos que comparte y por lo que vi hoy:
Por ir terminando, me siento afortunado de conocerle, disfruto mucho de su arte plástico y su encanto personal, quiero presumir de que es manchego y que suma valor, Quintanar de la Orden es más bonita con él, por eso brindo a su salud y le dedico un ¡Mucha Mancha, pitorra!.
Jesús Recuero es como comúnmente citamos a Don Jesús María Recuero Martínez, ilustre bodeguero alcardeteño que lleva años dando mucho que hablar y más de beber, su fama actual es fruto de años haciendo bien su trabajo y de tener una identidad marcada, una idiosincrasia original, un carácter afable, educado, moderado, hogareño y amante de la charla amena en buena compañía y siempre disfrutando del vino.
Su proyecto, Bodegas Recuero, es una larga tradición familiar ligada a la vitivinicultura desde 1873, la bodega familiar está en el corazón de Villanueva de Alcardete y es el epicentro de un terremoto que tiene su réplica en la Sierra de Gata, Extremadura, con el proyecto Antier.
Antes que nada quiero comentar una obviedad, Jesús y yo somos amigos, tanto que las fotos de postboda me las hicieron en su bodega, tanto que confía en mi cámara para las fotos de sus botellas, alguna tarde de charleta en la bodega descorchando espumosos o de sobremesa en Granero, con una copita de Brandy aviva este buen rollo. Me cae muy bien por esa manera de ser, que refleja en el vino, y sus vinos adoptan el carisma Recuero siendo mejor día a día, paso a paso, como Jesús, que se casó con Mamen, que crían a sus hijos a Carmen y Francisco , que sonríen donde lloraron, embotellan lo vendimiado, y comparten esa vitalidad y ganas de agradar en botellas de tres cuartos o más.
Siempre digo que los vinos se parecen a quien los hace más que los hijos a los padres, y en concreto los vinos de Recuero son reposados, vinos «hechos», redondos, amables y pensados. En la foto aparece Jesús y su padre, que también se dan un aire…
Jesús es pionero de los vinos espumosos de calidad de Castilla La Mancha, he visto fotografías suyas de allá por los ochenta del siglo pasado en los que defendía en alguna feria gastronómica su obra, que hoy por hoy considero magistral. Los vinos espumosos que elabora en Villanueva de Alcardete han pertenecido a Denominación de Origen La Mancha, han sido también en la marca de calidad Cueva, vinos de encuentro, son vinos de la tierra de Castilla y podrían ser vinos de mesa, da igual, es catarlos y percibir que son auténticos, reposados, sin miedo al futuro, con una base de mucha calidad y un saber hacer del que considero maestro de las burbujas manchegas, con mis respetos a todos los productores.
Los vinos tranquilos que elabora Jesús son muy especiales, interviene la tradición y esta pasa por tinaja villarrobledense de barro toboseño, las variedades de uva antiguas, recuperadas de la negligencia de los arrancaviñas que pierden la calma por el kilogrado. En concreto me he declarado muy fan de su Airén «Calambur» que actualmente está a la venta la añada 2015… fíjatetú.
A Jesús le estimula la familia, los amigos, le encanta la música y en concreto la canción «Mediterráneo» cantada por Serrat… Así que se la dedico, con cariño:
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